El pasado 27 de mayo participamos en Working for What Day 2021, una reflexión colectiva sobre el futuro del trabajo. Esto es lo que me llevé de la jornada.
Como habréis leído en las noticias en las últimas semanas, Málaga se está convirtiendo en una de las ciudades españolas más atractivas para las empresas tecnológicas gracias a su ecosistema y sus administraciones, que trabajan alineados con la voluntad de posicionarse como una ciudad que potencia la cultura, el talento y los negocios. Si podéis ir a ver lo que está pasando allí, os lo recomiendo.
Yo lo pude comprobar en primera persona el pasado 27 de mayo en Working for What Day 2021. Este evento es parte del programa de actividades de Working for Work Summit 2022, una cumbre sobre el futuro del trabajo que se enmarca en la estrategia de futuro de esta ciudad y en la que Future for Work institute colabora como “Knowledge partner”.
El evento reunió en Málaga a más de 50 personas representantes de los principales actores del mundo del trabajo (empresas, personas trabajadoras, educadores, representantes de la administración, etc.), y expertos en distintas materias relacionadas, para reflexionar sobre las características de un futuro del trabajo posible y deseable, así como para identificar acciones concretas que deben realizar empleados, empleadores y administraciones para llegar a ese futuro.
(Aprovecho para destacar la gran organización de la jornada por los equipos de FYCMA y Grupo Evento, que nos hicieron sentir a todos los asistentes seguros y acompañados en todo momento, haciendo que por un día se nos olvidase que estamos viviendo en un contexto de pandemia. Echaba de menos estas experiencias).
“La agenda del día es muy ambiciosa, a la altura del compromiso que tenemos con las personas que se han convocado, para maximizar la ‘cosecha de ideas’ que podemos extraer de la cantidad de talento que hemos reunido”, nos anunciaba al inicio del día Amalio Rey, el experto que diseñó las dinámicas de inteligencia colectiva que utilizamos. Y así fue. Durante todo el día estuvimos reflexionando y compartiendo nuestra visión de las características que debe tener ese futuro del trabajo al que nos enfrentamos, y nuestras ideas sobre lo que los distintos actores implicados pueden hacer para que podamos avanzar hacia el futuro del trabajo que queremos.
Reflexiones sobre las características de los futuros del trabajo posibles y deseables
Respecto a las características de esos futuros del trabajo deseables y posibles, después de analizar las notas que fui recogiendo en los distintos ejercicios, identifico diez grandes grupos de características:
- El futuro del trabajo estará más digitalizado y será más tecnológico. Desde esta perspectiva, la tecnología se ve como un instrumento potenciador de los humanos, que realiza tareas no deseables para las personas, o les ayuda a llegar más lejos mental o físicamente.
- El contenido del trabajo potenciará capacidades humanas como la creatividad, y el propósito del trabajo estará más dirigido a la vocación, la sostenibilidad, la inclusión y la diversidad.
- En el futuro del trabajo posible y deseable encontramos amplios consensos y un dialogo abierto entre todos los agentes (empleados, empleadores y administraciones) para construir el bien común.
- El trabajo del futuro será más flexible, permitiendo que las personas sean más autónomas y responsables para conseguir sus objetivos. Del mismo modo, veremos organizaciones más abiertas, que permiten a las empresas adaptarse más fácilmente a los cambios del entorno.
- Igualdad y conciliación laboral tendrán un papel fundamental en el futuro del trabajo. Cambios en las formas de trabajo como la digitalización y la flexibilidad harán que sea posible.
- El bienestar físico y mental de las personas en el trabajo será cada vez más importante. Las organizaciones crearán trabajos donde se minimicen los riesgos laborales y donde las personas se sientan bien para ganar productividad y sostenibilidad.
- El futuro del trabajo es sostenible, tanto para el planeta como para las personas. Dentro de esta sostenibilidad se incluyen el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, los derechos laborales, la desconexión digital, la inclusión y la protección social para todos.
- El trabajo en el futuro será colectivo y transversal. Cada vez los trabajos serán más complejos y estarán más interconectados. Como dijo Albert Cañigueral: “el futuro es colectivo y los colectivos son el futuro”.
- La educación y la formación tendrán un papel fundamental en el futuro del trabajo como consecuencia de la velocidad a la que cambia el entorno, que nos obligará a aprender a lo largo de toda la vida.
- La empleabilidad será la pieza clave por la que tendrán que trabajar alineados las empresas, las personas y las administraciones para crear un futuro del trabajo que responda a los retos para los tres actores.
Probablemente haya otras características que me he podido dejar, pero estas diez nos dibujan un futuro del trabajo que nos permite ser optimistas y trabajar en una dirección que tenga un impacto positivo en las empresas, las personas y la sociedad.
Reflexiones sobre los retos comunes de los distintos actores
En relación con las distintas acciones que los tres principales actores del mundo del trabajo deben empezar a poner en marcha en los próximos tres años, me llama la atención que hay varios temas en los que todos pueden hacer cosas para ayudarnos a avanzar hacia esos futuros deseados, por lo que estos actores podrían compartir ciertos objetivos.
En primer lugar, observo acciones relacionadas con la digitalización de los distintos actores. Por ejemplo, los empleadores deben fomentar los nuevos modelos de negocio y formas de trabajar que permite la tecnología, los empleados tendrán que adquirir competencias y conocimientos digitales, y las administraciones tendrán que aprovechar mejor las oportunidades que les da la tecnología para ganar en eficacia y eficiencia, y regular para dar respuesta a los dilemas éticos derivados de los avances tecnológicos.
En segundo lugar, destacan las acciones relacionadas con el papel central que juega el capital humano en la competitividad de las empresas en una economía de la creatividad y el conocimiento. Por ejemplo, los empleadores tendrán que poner en valor a las personas como una pieza clave del negocio y fomentar nuevos liderazgos, los empleados tendrán que ser agentes activos para sacar todo su potencial, y las administraciones deberán proporcionar un marco de seguridad jurídica para que el compromiso pueda ser bidireccional.
En tercer lugar, otro de los puntos clave sobre los que todos los actores están de acuerdo que hay que actuar es la recualificación de los trabajadores (reskilling). Para ello será necesario que todos los actores tengan un lenguaje común, para que los empleadores sean capaces de anticipar las capacidades que necesitarán y puedan planificar su fuerza de trabajo, los empleados sepan en qué competencias y conocimientos se tienen que formar, y la administración sea capaz de ofrecer ayudas para la formación y el empleo del futuro.
En cuarto lugar, encontramos acciones relacionadas con la flexibilidad, una cualidad que ven de forma positiva todos los actores, aunque desde perspectivas distintas, con lo que aquí tenemos una oportunidad. Si fuéramos capaces de conseguir que las medidas de flexibilidad que desean las empresas y las que desean los trabajadores se encontrasen ganaríamos todos. En este punto, la administración y los legisladores pueden jugar un papel fundamental creando un marco donde todas las partes ganen.
En quinto y último lugar, quiero destacar las acciones relacionadas con la sostenibilidad, que nos obligan a pensar a largo plazo. Las empresas tendrán que realizar acciones que les permitan ser sostenibles y generar compromiso con todos sus grupos de interés, integrando la empleabilidad en su responsabilidad social, los empleados tendrán que colaborar para contribuir a ese impacto social, y las administraciones tendrán que fomentar este tipo de acciones para garantizar la protección social y del medioambiente.
Conclusiones y llamada a la acción
Después de este intenso día de trabajo y reflexiones, me quedo con la sensación de que podemos llegar a crear una visión compartida del futuro del trabajo posible y deseable que nos haga avanzar hacia un mundo del trabajo mejor del que tenemos ahora. Y, sobre todo, que todos los actores podemos tener objetivos comunes, alinear acciones y afrontar este gran reto de una manera conjunta.
Cómo introducía en el artículo ¿Para que trabajamos?, si todos los que tenemos influencia o capacidad para construir un mejor futuro para el trabajo lo hacemos de tal manera que sea bueno para la humanidad y nuestro planeta, conseguiremos que los nietos de nuestros hijos se sientan orgullosos de lo que hicimos.
La única manera de combatir la incertidumbre es con la esperanza. Si entre todos somos capaces de visualizar un mismo futuro del trabajo deseable y actuamos de forma conjunta conseguiremos crearlo. ¿Te sumas?
*Artículo publicado originalmente en Future for Work Institute